HABLEMOS EN POSITIVO SOBRE LA DISCRIMINACIÓN
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HABLEMOS EN POSITIVO SOBRE LA DISCRIMINACIÓN



Cada cierto tiempo, escuchamos en los medios de comunicación, y adquieren mayor aparición en las redes sociales, temas específicos como la discriminación, la violencia contra la mujer, la exclusión, el racismo, el machismo y muchos más, como términos que poco a poco se insertan en nuestra vida y subconsciente, en un proceso de condicionamiento natural hacia lo negativo.


Incluso podemos observar algunas noticias de moda en diferentes ámbitos, que resultan con el apoyo de ciertos grupos o movimientos sociales, a partir de lo que se considera una injusticia social, como, por ejemplo, el apoyo de grupos feministas a Amber Heard en su juicio contra su expareja Jhonny Deep hacia 2017, o el apoyo generalizado a nivel mundial de apoyo a las comunidades afrodescendientes por el caso de George Floyd, asesinado en el 2020 por asfixia en un acto racista, perpetrado por el oficial de policía Derek Chauvin en Estados Unidos. Y que, en ocasiones, más allá de analizar sus implicaciones sociales, o su relación con el contexto cercano, resultan en material amarillista para que gran parte de la población termine consumiendo contenidos orquestados por los medios de comunicación, y en ocasiones tomando partido en ámbitos ajenos a nuestras realidades.


Para el caso específico de la discriminación, se observa con una connotación negativa, pero lo curioso es que, aunque se resalta mucho este término, muchos no lo entendemos, ni mucho menos somos conscientes de su significado real o de su alcance.


La discriminación, como se menciona en Enseñanza y Herramientas Digitales (2021), es “cuando el estado, la sociedad, un grupo o un individuo, separan, excluyen o matan a una persona o grupo, atacando su dignidad y/o el libre ejercicio de sus derechos, sólo porque a esta persona se le adjudica socialmente una valoración negativa (real o imaginaria)”, lejana del estándar manejado por la mayoría en una población referente, es decir que, se discrimina al diferente. Y puede darse debido a: Género, Orientación sexual, Capacidades (o ausencia de ellas), Edad (muy joven o mayor), Origen (nacionalidad), Clase social, Aspectos culturales (creencias, prácticas, etc.) y otros más.

Encontramos a la discriminación asociada con palabras como marginación, alienación, exclusión, o segregación, y no está demás entender la problemática para luchar contra ella, pero después de asimilarla, lo siguiente es recurrir a acciones, que desde la Programación Neuro-Lingüística (PNL), por ejemplo se debería basar en las afirmaciones positivas, para que se asocie y ataque el problema mismo de la discriminación, a partir de valores valiosos en la vida cotidiana: hogar, escuela, trabajo o áreas de recreación, para así reforzar esas afirmaciones, y proyectarlas de forma real.


Existen entonces palabras como inclusión, integración, reparación, igualdad y diversidad, por ejemplo, que nos hacen pensar en la No Discriminación, hablando entonces de la discriminación en positivo. Y también se introducen nuevos términos que reconocen la diferencia cultural como algo positivo, en paradigmas asociados a la multiculturalidad, que reconoce la coexistencia de varios enfoques culturales en los mismos espacios, y en el que los sujetos mantienen sus prácticas, concepciones y costumbres culturales; la interculturalidad, como un paso más allá, pues el individuo con una identidad clara, acepta la asimilación de algunas costumbres o prácticas diferentes a la propia, sin que la desplace. Y esto se traduce en identificar las diferencias, pero aprovechar la oportunidad de asimilar algunos elementos, como un mejoramiento al tener esos puntos de referencia.


Aún así, el tema de la discriminación en la práctica social cotidiana se hace más complejo debido a:


- El manejo que se le da desde las políticas públicas

- La falta de educación sobre la identificación, manejo y consecuencias de situaciones discriminatorias desde edades tempranas

- La comprensión de la democracia (derechos individuales vs derechos colectivos)

- Las diferencias culturales y contextuales en un ambiente globalizado (manejo de identidades)

- Comprensión y refuerzo al conocimiento sobre derechos humanos

- La falta de voluntad para modificar comportamientos discriminatorios


Aunque, la gran ventaja es que hoy existen gran cantidad de enfoques para el manejo de la discriminación desde la No discriminación, como: los principios de igualdad, la ecología cultural multiculturalista y la interculturalidad, por mencionar algunos. Y es que, en materia de derechos humano, hacia los 80s la eficiencia de las políticas de no discriminación rebasó los resultados de las de equidad, dentro del sistema educativo. También, en el orden de la PNL, se afirma que podemos programar nuestro cerebro desde el lenguaje, a partir de las 7 P: personales, presentes, positivas, posibles, precisas, persistentes y poderosas, lo cual ayudará a educar y educarnos para hablar en positivo, para contrarrestar el uso de lenguaje y prácticas que lleven a la discriminación.


Tal y como se menciona en Arias-Schreiber (2002), “las políticas de la diferencia se inspiran en el principio de la discriminación a la inversa” (p.306), y por lo tanto concentrarse en la diferencia, tampoco es la solución. También podemos leer las palabras de Amartya Sen “la democracia es la otra cara del desarrollo, y el desarrollo de capacidades sin interculturalidad es un falso desarrollo. La interculturalidad como propuesta ético-política es una utopía realizable y es el eje transversal del desarrollo humano sustentable”, lo cual quiere decir que más allá de establecer o sacar un inventario de diferencias, debemos aprender a comprender la democracia desde las prácticas de multiculturalidad e interculturalidad en estos ambientes globales.


Finalmente, y como conclusión, el sólo hecho de reflexionar o tomarnos el trabajo de leer un poco sobre este tema, ayuda a contextualizarlo y contextualizarnos dentro de él, entendiendo que, en la medida en que influye en el sujeto, mejorará su manejo en comunidad, en una sinergia constante para lograr, desde la mejora y respeto hacia el individuo, mejores hogares, mejores empresas, mejores instituciones, mejor calidad de vida, mejores sociedades y por lo tanto, un mejor mundo para tod@s.


Arias-Schreiber, F. T. (2002). Entre el multiculturalismo y la interculturalidad: más allá de la discriminación positiva. Derecho & Sociedad, (19), 299-311.

Enseñanza y Herramientas Digitales (2021). La Discriminación: Tipos o Clases de Discriminación. Explicación y ejemplos. YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=_h1BIPs9zQg

Olano, E. U. (2009). Las políticas de discriminación positiva. Revista de estudios políticos, (146), 181-213.


Autora: Lena López, Dexcon Consultores.


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