top of page

COVID-19 El reto de liderar en tiempos de crisis

Foto del escritor: Dexcon DigitalDexcon Digital

Actualizado: 14 abr 2020



El líder resiliente es aquel que es capaz de sobreponerse a circunstancias adversas, adaptarse, recuperarse y construir. Es generador de calma y transmisor de confianza. Con la capacidad para convertir una amenaza en una oportunidad.

En este artículo, te mostramos los pasos que pueden ayudar a amortiguar el impacto de la crisis y permitir que tu organización se fortalezca tras ella. Para ello, hemos analizado las estrategias para ofrecer a los directivos y a los distintos equipos los conocimientos de forma práctica para la adecuada toma de decisiones.

Conforme a la geográfica e industria, las organizaciones se encuentran en distintas etapas en el enfrentamiento contra la pandemia. Sin embargo, al margen de esto, la actuación de los líderes empresariales debe ser semejante a la hora de hacerle frente a una situación de crisis con estas características. En este sentido, Dexcon ha identificado una serie de cinco atributos clave de liderazgo resiliente con las cuales debe contar un buen líder.

  • Corazón y cabeza: un líder resiliente debe tener empatía y ser capaz de ponerse en la piel de sus empleados y clientes, pero, al mismo tiempo, debe ser firme y racional para proteger el rendimiento económico de la compañía.

  • La misión primero: los líderes deben de ser capaces de estabilizar sus empresas durante la crisis y, en estas circunstancias extraordinarias, buscar nuevas oportunidades de negocio o redefinición de portafolio.

  • La agilidad es clave: un líder resiliente debe tomar medidas decisivas en el corto plazo.

  • Liderar el discurso: es importante marcar la pauta siendo transparentes sobre la realidad actual y, a la vez, plasmar un escenario futuro convincente que inspire y motive a los trabajadores a perseverar, lo cual debe ser comunicado de forma estratégica.

  • Futuro a largo plazo: los líderes deben mantener el horizonte de futuro, anticipando los nuevos modelos de negocio que, probablemente, surjan y buscar la innovación que definirá a la empresa del mañana.

}

Una crisis se desarrolla en tres marcos temporales que los lideres organizacionales deben tener en consideración y asignar las partidas presupuestales necesarias en cada una de las etapas.

  • Preparación: la compañía se debe preparar y dar forma a su nueva realidad.

  • Respuesta: La empresa debe afrontar la situación actual y gestionar la continuidad.

  • Recuperación: Se debe adquirir aprendizaje de la experiencia y conseguir emerger con mayor fortaleza.


Con un enfoque adecuado, la crisis actual puede convertirse en una nueva oportunidad para avanzar, crear valor añadido y generar un impacto social positivo.

Es importante que los líderes sean empáticos y tengan en cuenta el lado humano de la crisis. La prioridad debe ser la protección de la seguridad y la salud de los empleados. Además, por el bien de los empleados y clientes, así como de los demás grupos de interés, los líderes deben proteger el rendimiento financiero durante la crisis tomando decisiones firmes y basadas en hechos.

Para ello deben:

  • Centralizar la toma de decisiones para lograr consistencia, velocidad y firmeza, sin permitir que la incertidumbre genere parálisis.

  • Catalogar las fuentes de financiación con las que cuenta la empresa incluyendo líneas de crédito no utilizadas en la actualidad.

  • Articular los diferentes escenarios económicos en los que la organización puede verse envuelta.

  • Predecir el impacto financiero de los diferentes escenarios en la rentabilidad y liquidez de la compañía.

  • Definir qué productos, servicios, segmentos de clientes, líneas de negocios o empleados son los más críticos para ayudar a asegurar el flujo de caja, tanto en el escenario actual como en el futuro y, por lo tanto, deben mantenerse.

  • Identificar las herramientas que tiene la empresa para influir en los resultados económicos, como la reducción de gastos, congelación de contrataciones o el cierre temporal.

  • Las empresas que ya contaban con un plan de crisis frente a una recesión tienen una ventaja y puede que solo necesiten algunos ajustes para afrontar las circunstancias actuales.


Lo que debemos tener claro es que, en medio de una crisis como la que vivimos, el propósito de una empresa debe permanecer firme. Esto no es negociable, ya que el propósito es el punto donde la cabeza y el corazón se unen.

Mientras que muchas empresas hoy en día han articulado un propósito más allá del beneficio, este corre el riesgo de ser ignorado en las decisiones del día a día.

La adopción de decisiones que se ajusten al propósito de la compañía es fundamental durante una crisis, cuando las empresas están sometidas a una presión cada vez mayor y los grupos de interés colocan el foco en cada acción.

Cuando las compañías se centran en un propósito con identidad, los empleados sienten que su trabajo tiene sentido, los clientes incrementan su lealtad a las marcas e impulsan su renovación y sostenibilidad.

28 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page